Doctrinas fundamentales de la Asamblea Apostólica Primitiva:

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Doctrinas fundamentales de la Asamblea Apostólica. Primitiva: De acuerdo a las enseñanzas de la palabra de Dios y a lo estipulado en el artículo. N°2 del ...
Doctrinas fundamentales de la Asamblea Apostólica Primitiva: De acuerdo a las enseñanzas de la palabra de Dios y a lo estipulado en el artículo N°2 del reglamento de la Asamblea Apostólica primitiva, nuestras 8 doctrinas fundamentales son:

I.

La Biblia a. La Santa Biblia es la Palabra, o la voz infalible de Dios escrita para perfeccionar la vida de todos los creyentes. b. Dios usa su palabra para comunicarse con su pueblo. (1 de Timoteo 3:16; 2 de Pedro 1:19 – 21). c. Es nuestra regla de fe y conducta para guiarnos de la tierra al cielo. (Filipenses 3:15 – 16; Juan 20: 31).

II.

La Trinidad. a. La existencia de la Santa Trinidad está bien definida en la Escrituras, en donde el único Dios verdadero se ha revelado asimismo, como fundiéndose en sí, en tres personas: El Padre, Hijo y Espíritu Santo. (2 de Corintios 13: 14). b. Dios Salvador del hombre. (Isaías 45: 21 – 22; Deuteronomio 6: 3 – 5). c. Dios Cristo Jesús revelado en la Segunda Persona de la Trinidad. (Juan 20: 31). d. Dios Espíritu Santo. La Tercera Persona de la Trinidad. (1 de Juan 5: 7; Mateo 28: 19; 1 de Corintios 13: 13). e. El Antiguo Testamento revela que Dios es uno solo, pero a la vez se nos muestra en varias personas. (Génesis 1: 26; Isaías 6: 8; Deuteronomio 6: 4). f. En el Nuevo Testamento revela claramente la Trinidad. (2 de Corintios 13: 14).

III.

Jesucristo Hijo de Dios. a. Dios sabiendo que la humanidad se encuentra caída y alejada de EL le ofrece la restauración total a su antigua imagen por medio de Nuestro Señor Jesucristo. (Juan 14: 6; Hechos 4: 12). b. Es el Unigénito Hijo de Dios con existencia eterna. (Mateo 16: 16 – 17; Juan 1: 18). c. Sin perder su divinidad se hizo hombre encarnándose en María. (Filipenses 2: 5 – 7; Lucas 1: 26 – 27). d. Vino para salvar a la humanidad, (Lucas 19: 10). Para destruir las obras del diablo, (1 de Juan 3: 8; Hechos 10: 38). Para proclamar el Evangelio, (Lucas 4: 18; Marcos 1: 14 – 15). Intercede actualmente por nosotros, (Hebreos 7: 24 – 25).

IV.

La Salvación del Alma o Nuevo Nacimiento. a. El ser humano tiene un alma que salvar y para esto debe tener un nuevo nacimiento, este nacimiento se efectúa en la vida interna del pecador de las siguientes maneras: 1.Deseo ardiente de un cambio de vida; 2.Sincero y voluntario; 3.Creyendo de corazón en Cristo; 4.La obra la realiza el Espíritu Santo representando a Cristo en el corazón de los hombres. (2 de Corintios 5: 17; romanos 12: 2; Colosenses 3: 9 – 11). b. Por fe en la Palabra de Dios. (Juan 1: 11 – 13; 1 de Pedro 1: 23). c. Jesucristo es el único Salvador, (Hechos 4: 10 – 12). d. El nacimiento nuevo no es simple convencimiento. (Juan 3: 36; Colosenses 1: 21 – 23). e. No hay nacimiento por otra persona, no por obras de méritos u obras personal, (Efesios 2: 8 – 9; Romanos 3: 20 – 22), no por imágenes, no santos, (Éxodo 20: 4 – 5). f. La salvación que Cristo efectúa en el pecador, comienza desde el mismo momento del arrepentimiento y declaración de fe en Cristo Jesús, como único y amplio Salvador. (2 de Corintios 5: 17; Gálatas 6: 15).

V.

Bautismo del espíritu Santo. a. Aceptamos el Bautismo del Espíritu Santo Bíblicamente con las evidencias de Pentecostés, (Hechos 2: 1 – 4; 10: 45 – 46; 19: 6), no sólo fue la promesa para los Apóstoles sino para todos los que se convierten al Señor, (Hechos 2: 38 – 39; Mateo 3: 11; Lucas 11: 13). b. El creyente es un postulante a la promesa del Señor. Para obtener esta bendición debe buscarla hasta recibirla, (Lucas 24: 29; Hechos 1: 1 – 5). c. ¿En qué consiste? Es la Gracia que Dios concede por la misma persona del Espíritu Santo, que viene a morar en el creyente, (Gálatas 3: 2). Es una investidura para poder ser testigos, (Lucas 24: 49; Hechos 1: 8). d. ¿Por qué es necesario? 1. Para ayudarnos en la oración, (Romanos 8: 26 – 27; 1 de Corintios 14: 5). 2. Para hacernos real la presencia de Dios, (Mateo 18: 20). 3. Abre las puertas a un Ministerio más efectivo en la iglesia, (1 de Corintios 12: 7 – 11). Nota: El Bautismo en el Espíritu Santo es la 2da. Bendición que da Dios. Es el llenamiento o plenitud. e. ¿Cómo hacerlo?: 1. Por fe en Jesucristo y en su Palabra, (Gálatas 3: 2). 2. Pidiéndole en oración, (Lucas 11: 13). f. ¿Cómo se manifiesta?: 1. Exteriormente por la señal física de hablar en lenguas extrañas, como el Espíritu les de facultad, (Hechos 2: 4; 10: 44 – 46; 19: 6). 2. Interiormente por la capacidad de manifestar una mayor confianza en Dios, una devoción más profunda y un fervor más intenso. Nota: El hecho que un creyente ha recibido el bautismo no quiere decir que ha llegado a la perfección completa.

VI.

Los Dones del Espíritu Santo. a.

VII.

Son gracias y poderes sobre naturales que son otorgados por el Espíritu Santo y que deben habitar en el cristiano fiel. (1 de Corintios 12).

Sanidad Divina. a. Las promesas divinas ofrecidas en las Sagradas Escrituras, para todo creyente fiel, (Éxodo 15: 26; Mateo 4: 23 – 24; Juan 14: 12). b. En la expiación por el pecado Dios proveyó ampliamente la libertad de todas las enfermedades, privilegio para todo creyente, (Isaías 53: 4 – 5; Juan 11: 15). c. Cristo Jesús sanaba a todos los que acudía a El. (Mateo 8: 16 – 17).

VIII.

El Futuro Advenimiento de Cristo. a.

La segunda venida de Cristo es la esperanza más grande y alentadora para el creyente en todo tiempo, (Tito 2: 13), cuando esto sucede se efectuarán los siguientes eventos:

a.

El arrebatamiento de la iglesia será una realidad. (Tesalonicenses 4: 16 – 17; Mateo 24: 44).

b.

Los componentes que serán arrebatados por el Señor son los creyentes que viven una vida de santidad, (Tesalonicenses 5: 22 – 23; Lucas 1: 75 – 75).

c.

Los muertos creyentes en Cristo Jesús serán resucitados primeros y los que estén vivos serán levantados con el Señor en el aire y se realizarán las bodas del Cordero, (Tesalonicenses 4: 14 – 18).

d.

Después de este evento magno Nuestro Señor descenderá con millares de millares de los santos que se unieron a El con el propósito de salvar a su pueblo Israel y de allí reinar con Cristo Jesús mil años bíblicos. (Apocalipsis 20: 11 – 15; Mateo 25: 41). Esta es la eterna condenación o justo juicio de Dios.